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Hablamos de las infancias: cómo los niños se construyen cómo personas.

HABLAMOS CON JACQUELINE BAILO, LIC. EN PSICOMOTRICIDAD ESPECIALIZADA EN CRIANZA Y EDUCACIÓN POSITIVA.

Todos los seres humanos se construyen cómo personas a través de las relaciones con sus pares; y por ello en Oxigeno conversamos con Jacqueline Bailo para entender un poco más sobre las infancias y cómo los niños aprenden y se construyen como personas.

Uno de los temas que tratamos fue sobre la manipulación; ella asegura que los niños no nacen sabiendo manipular, sino que es algo que aprenden al ver que que ejemplos nos dan los otros, sobre todos los adultos referentes para el niño. Generalmente este es un mecanismo que se utiliza sin entender mucho la connotación que tiene, pero que de a poco se va normalizando en la relación niño-adulto y puede llegar a convertirse en un rasgo de la persona.

Este mecanismo parte de que muchas veces los adultos utilizan refuerzos para conseguir algo del niño; esas famosas “negociaciones” es una forma de manipulación y si el adulto lo hace frecuentemente el niños lo puede tomar como algo natural e imitar esa conducta para conseguir lo que desea.

“Somos los adultos el mejor referentes para que nuestros niños aprendan estilos de comunicación; y ahí si podríamos hacer foco en cómo ir desarrollando una comunicación asertiva para que el niños pueda incorporar la asertividad como forma de respuesta y ahí podemos aprender a poner los limites de manera respetuosa, sin permitir que el otro manipule o determine sus acciones” decía Jacqueline.

Otro tema que abordamos fue sobre la competencia; Jacqueline resalta en primer lugar que todos estamos atravesados por situaciones y somos nosotros los que le ponemos los rótulos “bueno o malo” a lo que nos sucede; y otra vez muchas veces los adultos son los que ponen el foco en “ganar o perder” o en el producto final, en lugar de hacerlo en el disfrute, el proceso o las sensaciones del niño para lograrlo.

Esto hace que no se favorezca las ganas de superarse los niños, no se reconoce todo el proceso de todo lo que niño puso de sí y no se valida el error, sino que se reconoce sólo el producto final, si esta lindo o feo, si esta bien o mal, si ganó o perdió.

Para finalizar Jaqcqueline nos dejaba esta reflexión “Debemos replantearnos los propósitos de la educación, para qué educamos, ¿qué estamos educando?. ¿A un sujeto responsable o a un sujeto obediente? ¿A un sujeto seguro o uno inseguro?…” Es importante considerar que ningún adulto hace nada con la intención de hacer mal, ni tampoco nadie es culpable por lo que hace; por eso creo que somos una generación bisagra para ponernos a repensar en las herramientas que nos brindan estas disciplinas nuevas como la crianza y educación positiva”.

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