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Cómo vivían los hombres junto a los gliptodontes en nuestra región.

HABLAMOS CON CARLOS ALFREDO FERREYRA BERTONE, HISTOREADOR Y MUSEÓLGO.

La región de Ansenuza es un sitio antropológico de importancia Nacional investigado por arqueólogos, antropólogos y paleontólogos. Carlos  Ferreyra, historiador y muséologo de nuestra región, contaba a Oxígeno que desde el año 2003 un grupo de Museos de todo el arco sur de la Mar Chiquita, junto a arqueólogos, paleontólogos y antropólogps, comenzaron una exploración científica y sistemática en toda la región.

Gracias a estas investigaciones sistemáticas se pudo vincular diferentes hallazgos y seguir una secuencia de hechos concatenados. Hoy se conoce novedades de los pueblos que habitaron esta región; Carlos nos contaba que por la forma de los dientes de restos encontrados se pudo reconocer que la población tenía estrés alimentario constante, ya que los dientes no se encontraban desgastados ni habían crecido lo suficiente; además se pudo constatar que la personas de Ansenuza desde que poblaron la zona hace 6000 años, hasta que llegaron los colonizadores, fueron disminuyendo su talla, los más altos medían 1,65mts.

Esta información sobre los antepasados también está acompaña de los hallazgos paleontológicos de la fauna prehistórica para vincularlos a la población.

Sabemos que los aborígenes que habitaban la región de Ansenuza eran genética y culturalmente guaraníes y su subsistencia era muy parecida a la de los aborígenes del litoral, con un estilo de vida muy parecido a los cazadores y recolectores de Chaco. También hay un antecedente genético que indican que hubo introducción de genes andinos y patagónicos, lo cual indica que hubo una movilidad de pueblos en esos 6000 años de historia. Así cómo el clima fue cambiando en estos años, los pobladores también se fueron adaptando a estos cambios.

Con respecto a los gliptodontes Carlos nos contaba que eran mamíferos de gran tamaño, piel muy gruesa, grandes garras y crecían por arriba de los matorrales. Su tamaño les servía para defenderse de los animales carnívoros. Este animal prehistórico es de la familia de las mulitas, quirquincho, tatú carreta, pero con un caparazón muy rígido.

En el holoceno el clima comenzó a ponerse húmedo y los grandes pastizales se convirtieron en bosques y por eso los animales migraron y se fueron a lugares donde no había bosques y, al no encontrar su alimento y no reproducirse, comienzan a extinguirse. En ese momento llega el hombre a esta región y por eso Carlos asegura que los primeros hombres de la llanura Chaco-Pampeana convivieron con los últimos animales del pleistoceno, y fueron estos hombres quienes, junto con el cambio climático, colaboraron en la extinción de dichos animales.

Carlos contaba a Oxigeno que cazar a un gliptodonte era muy fácil; entre 4 o 5 hombres lo daban vuelta como una tortuga y allí mismo lo iban consumiendo. Además del gliptodonte había una especie de la familia llamado doedicurus que media 2 metros de altos; una vez cazados y consumidos los hombres usaban su caparazón como casa.

Haciendo referencia a la región de Ansenuza, Carlos nos decía: “Esta fauna era muy numerosa antes de la  llegada del hombre; pero cuando el hombre llega ya estaba el retroceso y lo que el hombre hace es acelerar un proceso de extinción que se estaba dando por el cambio climático. Incluso los últimos animales del pleistoceno desaparecen hacia el año 6000, o sea sobreviven como 4000 años a pesar del cambio climático, pero ya como población relictante”.

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